Un partido completo de Feliciano no fue suficiente para batir a Rafa Nadal. Demasiados errores no forzados del toledano cavaron su tumba, unas concesiones que no se permiten ante el número uno del mundo en tierra batida. Con este nuevo triunfo, el mallorquín suma 100 victorias en 101 partidos sobre arcilla y compra su billete para cuartos. Federer fue el único capaz de arrancarle un partido.
Muy seguro en su servicio y siempre concentrado, como si cada bola fuese decisiva. Ése es el estilo de Nadal, un miliciano que conoce el terreno palmo a palmo y utiliza los flancos para buscar el mejor ángulo con el que acribillar al rival. Con un arcabuz como raqueta, el manacorense atacó desde todas las zonas.
Muy seguro en su servicio y siempre concentrado, como si cada bola fuese decisiva. Ése es el estilo de Nadal, un miliciano que conoce el terreno palmo a palmo y utiliza los flancos para buscar el mejor ángulo con el que acribillar al rival. Con un arcabuz como raqueta, el manacorense atacó desde todas las zonas.
Feliciano se aferraba a su servicio, que parecía su arma más letal. Un escudo fiable en el que parapetarse, aunque insuficiente. Sus opciones se fueron rescrebajando según avanzaba el partido: en la primera manga aguantó el tipo, pero en la segunda sólo fue un sucedáneo. El toledano perdió la fe, dejó de creer en sí mismo y Nadal se presentó como un gigante.
Sólo veía una cosa más grande que su rival: la red. La malla engulló demasiadas voleas del toledano, impreciso en sus ataques, aunque dejó algunos destellos de calidad. A pesar de que dio la cara, arriesgó y planteó el partido del único modo posible (con valentía), los errores no forzados fueron un lastre decisivo que decantó el partido a favor del insular. El segundo servicio fue un buen resumen cuál era el precio de mantener el saque, hasta tres bolas de rotura tuvo que salvar para evitar el fracaso. Y en cada uno sudó sangre. También en el resto de sus saques. Un esfuerzo físico y psicológico que pagó con la derrota.
La victoria jamás peligró para Nadal y en una hora y 45 minutos consiguió superar a Feliciano, que nunca dispuso de una bola de rotura. Un mallorquín sin fisuras venció por cuarta vez al toledano y consuma el pleno de victorias. Su próximo rival será el argentino José Ignacio Chela, que venció al letón Ernests Gulbis. El sudamericano sólo ha ganado a Nadal en uno de cuatro enfrentamientos (sobre el cemento de Cincinatti en 2004).
No hay comentarios:
Publicar un comentario